jueves, 24 de abril de 2014

Renruki. One-Shot. Fanfic.

Esto en un principio iba a ser un Ulquihime, pero gracias a los problemas de poca inspiración que tengo con estos personajes, no he sido capaz  de escribir otro. Dale también las gracias a que me acusaran de plagiar,  y del que aun estoy esperando que me enseñen el fic que plagie. Si alguien encuentra ese fic que venga y me lo enseñe. Se me terminaron de quitar las ganas de escribir sobre esta pareja. Ahora quiero empezar una nueva época con renruki.  Cambiando de tema, siempre que escribo un fic sobre algo, me gusta leer fics  sobre ellos. Así que espero que os guste.

Aviso para los incrédulos, contiene lemon. (+18) 

-Enorabuena Rukia-dijo Ukitake  
La recién nombrada teniente sonrió, mientras recogía la banda de teniente. La miro con cierto orgullo, sabía todo lo que suponía aquel puesto, pero la recompensa lo valía. Su hermano, posiblemente la mirase con mejores ojos y estuviera más orgulloso de ella. Sonrió. La carga sería grande. Se ato la banda al brazo con un nudo fuerte. Aquel no había sido su único cambio de apariencia. Se había recortado el cabello también, pero sin cambiar su flequillo que atravesaba su frente, casi hasta su mejilla. Los cambios eran buenos en su cierta manera. 
-Muchas gracias capitán-dijo Rukia sonriendo. 
Se encontraban en una de las salas principales de la decimotercera división, arropada por sus compañeros de división. Aplaudieron todos al unisono. La joven se puso en pie y saludo a sus compañeros, que se acercaron a darle la enhorabuena. Sus mejillas estaban sonrojadas por la emoción. 
-¿Preparada para tu primera misión como teniente?- dijo. 
Rukia asintió. 

Aparto las ramas a su alrededor con las manos. La golpeaban en las mejillas, frente o mentón. Le era dificil moverse entre la espesura del bosque. Habían crecido demasiado juntos, sin control aparente, sin que la mano del hombre pudiese hacer nada para pararlo. Piso un piedra y perdió el equilibrio. Se hubiese golpeado con el suelo, si una mano no la hubiese agarrado en el ultimo momento. 
-No hacía falta que lo hicieses-dijo Rukia enfurruñada.
Renji la agarro de los brazos y la puso recta, asegurándose de que estaba perfectamente bien. Rukia suspiro, odiaba que la tratasen como un niña pequeña. Ukitake no parecía confiar suficiente en ella como para dejarla ir sola a una misión del nivel de un teniente. Hubiese preferido ir sola. Renji no parecía haberse dado cuenta de lo incomoda que se encontraba en su presencia. Conocía al teniente de la sexta división desde que eran niños. Habían sido amigos desde la infancia. Justo por eso parecía preocuparse demasiado por ella. Como si fuese algo delicado que pudiese romperse en cualquier momento. Pero ella no lo era. Ahora era la teniente de la decimotercera división. Estaba solo a un paso de ser capitana. Todos parecían mirarla con respeto, incluso Byakuya lo hacía. ahora. Pero Renji seguía igual. Como si fuese a desmoronarse por enfrentarse a un hollow.
Rukia apenas le dirigió hacía delante, ignorando a Renji. Este apenas se dio cuenta de ello. En aquellos momentos, la shinigami echaba mucho de menos a Ichigo. Desde que había perdido sus poderes, no había podido verle, y al contrario lo mismo. Ichigo la trataba como su compañera de batallas, como su camarada. No la veía como alguien débil. Como si fuera un gorrión, al que podía aplastar con solo desearlo. Ella ya era una teniente. ¿Por qué le era tan dificil a Renji ver eso? Que ya no era la niña que conoció en los bajos fondos. Se encontraban en un silencio tenso, del que Renji por primera vez había captado. No sabía que decir. Se rasco la cabeza pero no dijo nada. 
Los dos shinigamis llegaron a una zona, que parecía ser un claro. Los arboles allí parecían haber sido arrancados de cuajo, las raíces sobresalían de la tierra. Algunos incluso habían sido cortados, pero no eran tajos limpios. Parecían como si una y otra vez los hubiesen golpeado con hachazos. 
-El hollow debe estar cerca...-murmuro Rukia. 
Desenvaino su zampakuto, al igual que hizo Renji. Los dos se acercaron con lentitud hasta el centro del claro. Un ruido atronador, un grito desgarrador, les perforo los tímpanos. Era un hollow de su altura. Sus brazos le colgaban hasta el suelo, como si le pesaran demasiado, donde se suponía que debía estar sus codos se extendía por encima de la cabeza. Parecía un gorila gigantesco. Su pelaje eran blanco. Su mascara estaba completamente llena de dientes a todos lados, ojos desorbitados. Volvió a gritar. Por acto reflejo, se taparon los oidos, descuidando sus zampakutos. Sode no Shirayuki y Zabimaru, que ni si quieran habían sido liberadas, cayeron al suelo. 
El hollow, golpeo su pecho con fuerza, con los dos puños. Se lanzo contra los dos shinigamis desprotegidos. Renji, a duras penas, pudo agacharse y recoger a Zabimaru del suelo.
-Hoe...
El gorila atravesó limpiamente, con sus garras, el pecho de Renji. La sangre, salpico en todas direcciones. El shinigami cayo de rodillas, en un momento de debilidad. El hollow extendió sus brazos hacía arriba, dispuesto a dar el golpe de gracia. Rukia revano el brazo del gorila limpiamente. 
-Mae-grito, Sode no Shirakuyi se libero. 
El zampakuto de Rukia se estilizo, toda el arma se volvió blanca, una cinta se extendió a partir de la empuñadura. La shinigami, con lentitud, dirigió el filo hacía el suelo. Su rostro era sereno, sin presiones. Solo existían ella y su zampakuto. La cinta formo un circulo.
-Some no mai, Tsukishiro-dijo.
Un circulo se extendió alrededor del hollow. Entonces, se congelo. El gorila se quedo congelado en su posición, a punto de darle el ultimo golpe a Renji. Su brazo comenzaba a generarse. Pequeñas hebras de carne surgían desde el codo. Por suerte, había quedado paralizado para siempre. Rukia, respiro tranquila durante unos segundos, hasta que escucho a Renji toser. Era un sonido agonizante. 
Se agacho junto a su compañero, enfundando de nuevo su zampakuto. El Hollow, había dañado el musculo del pecho, desde el hombro hasta por debajo de las ultimas costillas. Algunos trozos de carne colgaban. No había sido un corte exactamente limpio. Los temor de la batalla  fue sustituido por uno mucho peor. La adrenalina que corría por sus venas se quemo. Un sudor frío recorrió su espalda. Con ayuda de su zampakuto, desgarro el resto del shihakusho. Hizo tiras limpias. 
Con cuidado, coloco las tiras de carne en su sitio. Noto la bilis en su garganta, pero se mordió la lengua, hasta que noto el sabor metálico de la sangre  empezar recorriendo su boca. Tapo las heridas con la tela que había recortado del shihakusho. Poso las manos por encima de las heridas y uso su kido para restablecer el reiatsu de Renji y empezar con la curación.Respiro hondo y cerro los ojos. 

Horas después, Rukia se encontraba con los brazos entumecidos. Puede que a un componente de la cuarta división no le hubiese costado tanto, pero ella no estaba acostumbrada. Había gastado la mayor parte de su reiatsu. Si el hollow hubiese despertado en aquel momento y hubiese escapado del hielo, habrían muerto los dos. Intento no pensar en ello. Había tenido que quitarse la parte superior de su Shihakusho, el kosode, y terminar de vendar a su compañero y taparle. Hacía frío. Mucho frío. Se apoyo en el árbol. Había arrastrado a Renji hasta allí, la zona donde los arboles comenzaban a crecer de nuevo. Lo más alejado posible del hollow congelado. 
Con ayuda, de las artes demoníacas, había encendido un fuego, con ramas rotas del claro y algunas hojas secas caídas. Se encontraban demasiado apartados de la sociedad de almas. Habían tardado horas en llegar allí. Cargando con Renji tardaría incluso más. Observo a su amigo de la infancia. Lo había apoyado contra un árbol. Respiraba con dificultad, su pecho ascendía y descendía con lentitud. Era como un compás. Su rostro estaba volteado hacía ella. Sus mejillas estaban sonrojadas, debía de tener fiebre. 
Rukia se levanto y se dirigió hacía su compañero. Se agacho, y toco su frente. Tal y como pensaba, estaba ardiendo. Debía bajarle la fiebre.Suspiro. Sus dedos descendieron por su mejilla, ascendió y rozo con las yemas de los dedos la tinta negra que recorría su piel.Sonrió La mano de Renji agarro en la suya, por la muñeca. Sus ojos se veían fibrosos, desencajados. Su pupila estaba demasiado dilatada. 
-¿Qué... ha pasado?- su voz era entrecortada, como si le costase decir cada palabra. 
-Estábamos realizando la misión- dijo Rukia- y te ataco el hollow que veníamos a eliminar.Lo mate antes de que pudiese hacerte algo peor. Ahora podrías soltarme, me haces daño-las ultimas palabras las dijo con un murmullo entrecortado, como de un perro apaleado. 
Renji soltó su muñeca, y la dejo caer sobre el suelo con un golpe seco. En su piel quedaron marcas rojas, donde la había agarrado. Las llamas  formaban extraños dibujos en sus rostros. Se quedaron en silencio durante algunos segundos, simplemente mirándose. 
-Tengo frío...-dijo Renji.
Antes de que hiciese nada, agarro a Rukia por el shitaji y la abrazo. En apenas unos segundos, el rostro del la shinigami se sonrojo incluso más que el de su compañero. Ardía como el fuego. Estaba incomoda, pero tenía miedo a moverse. Aun tenía las rodillas apoyadas en el suelo. Las piedras se le clavaban  en la piel. La estrujaba con fuerza entre sus músculos. Podía oler su aroma. Sangre y sudor, pero por debajo de todo aquello, metal. Su cabeza estaba directamente apoyada la curva de su cuello. Tenía los brazos aplastados, encogidos. Podía notar su respiración, su pulso. Ambos estaban agitados. Parecía que incluso los suyos estuvieran mimetizándose con los de Renji. En aquel momento se sentía incluso más pequeña de lo que era. Renji la aparto algunos centímetros, pero no lo suficiente como para volver a sentirse cómoda. 
-¿Y tu estas bien?- dijo, su voz parecía haber recuperado algo de su tono habitual, pero seguía siendo vacilante. 
-Si- dijo- no me toco. 
Antes de que pudiera moverse, agarro su mentón y fijo su mirada en los labios. El corazón se le disparo en apenas unos segundos.
-Te sangra el labio- dijo Renji. 
Toco su barbilla y se miro los dedos. Estaban manchados de sangre. Pero no era exactamente del labio. Se había mordido la lengua para no vomitar mientras curaba a Renji. Este la miraba embelesado. Rukia se sonrojo, escondió su reacción, mirando hacía otro lado. El teniente de la sexta división agacho la cabeza, y sus labios rozaron su cuello, hasta donde se había deslizado la sangre de su boca. Rukia exclamo con sorpresa, pero no se movió ni un centímetro, se quedo paralizada. Su lengua, con lentitud, se deslizo, recorriendo la curva de su cuello. Sus manos, con delicadeza, se apoyaban en su pequeña cintura, atrayendo la hacía él. Rukía se dejo llevar, como su un soplido de viento se hubiese llevado sus pensamientos. Estaba en blanco. Como una hoja recién imprimida. Renji la atrajo hacía su regazo, sentando la sobre sus piernas. Estaba a su merced. Como una serpiente, cuando atrapa a su presa, su veneno ya se ha inyectado en sus venas y no tiene escapatoria. Sabe que va a morir. Renji llego a su mentón, y recorrió el camino que le quedaba hasta sus labios, con besos, apenas rozando lo suficiente para limpiar la sangre de su piel. Beso la comisura de sus labios, pero se detuvo. Le dio el tiempo suficiente a Rukia como para apartarse de Renji, avergonzada y azorada consigo misma. Sentía un hormigueo en su estomago, que había ido creciendo desde hacía un rato. La carcomía por dentro.
-Yo no..-dijo Renji, con voz entrecortada, respirando con dificultad-¿Por qué me odias? 
Aquella pregunta pillo desprevenida a Rukia.
-Yo no te odio- dijo Rukia, cambiaba de tema con demasiada facilidad- ¿A qué viene eso?
-He visto como me mirabas antes-dijo, perdió las fuerzas de golpe, su cabeza cayo sobre su hombro, normalmente no podría hacer aquel gesto, pero estaban a la misma altura. El cabello rojo de Renji se deslizaba sobre su cuerpo, casi hasta su pecho, Rukia, indecisa, poso su mano sobre sus mechones, en un intento de tranquilizarle- cuando, te ayude, antes...- sus palabras eran fibrosas- me miraste con desdén, odio. Como si te molestase que te tocase. Lo llevo notando desde hace tiempo. 
Parecía torturado. Le había dado vueltas a aquello desde hacía tiempo, noto Rukia. 
-Solo es que...-dijo, intentando usar las palabras adecuadas para no hacerle más daño- Siento que me sigues tratando como una niña, cuando ya no lo soy. 
Renji levanto la cabeza confundido. 
-Yo no te veo como una niña-dijo extrañado- has crecido y cambiado mucho desde aquella época, yo...
No llego a terminar la frase, se detuvo, sus dedos se habían deslizado entre los mechones de su cabello negro. Cayeron de nuevo sin fuerzas. 
-¿Tu que?-repitió. 
-Yo...-parecía que le costaba decirlo. 
Deslizo la mano de su cabello con lentitud, hasta su nuca, y la atrajo hacía él. Sus labios se rozaron. El cuerpo de Rukia tembló con aquel simple tacto. Desde su estomago le recorrió una sensación nueva. Indescriptible para ella. Una emoción contenida. Gimió entre dientes. Las manos de Renji volvieron a su pequeña cintura, y la atrajo hacía si. Aquella vez no fue un simple roce, como el anterior, sus labios chocaron, deseosos, buscándose entre si. Más y más. Rukia enredo sus dedos entre su cabello rojo. Busco y soltó la cinta. Los mechones cayeron sobre su frente, mezclándonos con los los negros de Rukia. Se acoplo al cuerpo de Renji, se sentó sobre una de piernas, apoyando las rodillas en el suelo
El beso, cada vez, se fue volviendo más apasionado, ardiente. Querían cada vez más uno del otro. Se buscaban con urgencia. Sus bocas se abrieron, y las lenguas se unieron en un son. Rukia gimió,  aquel gesto la había tomado por sorpresa. Desde la garganta de Renji, un sonido gutural surgió desde el fondo de esta, un gruñido. Su cuerpo reaccionaba los gestos de Rukia, como cuando se ponen las fichas de domino juntas y les das un simple golpe para que vayan cayendo.
Las manos del teniente de la sexta división descendieron hasta su trasero, deteniéndose apenas unos segundos, hasta ir a sus muslos. La levanto, y apenas le costo hacerlo. Seguía siendo tan pequeña. Como en sus recuerdos de infancia, pero ahora era una mujer, Ahora estaba a la altura de su cuello. Lo beso de nuevo. Rukia alzo la cabeza al cielo y gimió, temblaba como una hoja. No quería gemir, la hacía sentirse débil,exhausta. Nublaba su mente. Lo atrajo más hacía su cuerpo, abrazando su cuello, como si fuese a salir corriendo en cualquier momento. Beso la curva de su cuello con lentitud, el ritmo había bajado, no tenía prisa. Ya no. Gemidos entre cortados escapaban de su garganta. Se detuvo en la clavícula, la lamió y beso de seguido. 
Renji, deslizo la mano hasta el obi. Con una sola mano intento deshacer el nudo. Rukia tuvo que ayudarle, deteniéndose un momento. Renji farfullo algo, pero apenas entendió algo. Deslizo la tela que tapaba su hombro, y lo beso. Notaba la respiración entre cortada sobre su piel. Estaba sudando. Los dos para ser más exactos. La temperatura de Rukia había ascendido varios grados, igualándose con la temperatura del herido Renji. Ya no se podía distinguir cual de los dos hacía un momento había tenido fiebre. La tela fue cediendo de nuevo, hasta dejar a la vista de Renji, los senos de Rukia. Estaba avergonzada, no podía mirar a su compañero a los ojos de nuevo.Este apenas se detuvo. Los observo maravillados, como si acabase de encontrar un tesoro. Los beso, con lentitud, con esmero, se detuvo en sus pezones, los mordisqueo, jugo con ellos, con su lengua. Apenas tardaron en ponerse erectos. Rukia tuvo que morderse el labio para no perder el control, para no gritar de puro placer. Clavo las uñas en su espalda desnuda.  
Movió la rodilla, intentando acomodarse, acercarlo más a su cuerpo. Entonces lo noto. Algo crecía entre las piernas de Renji. Tenía una ligera idea, pero prefería no pensar en ello. Solo quería disfrutar del momento. Hasta ahora no había tomado constancia de su propio cuerpo. Sus extremidades temblaban, notaba su mente nublada, libre de cualquier pensamiento que se negase a aquello que estaba sucediendo. Aquella sensación en el estomago se había intensificado, ardía como un fuego incansable, en busca de oxigeno para seguir ardiendo. 
El teniente de la sexta división, abrió el shihakuso de Rukia, esta lo deslizo de sus brazos, quedándose desnuda por completo de la parte superior. La tela continuo destapando su blanco cuerpo, puro hasta ahora. Pudo ver, por primera vez, el borde de sus bragas de encaje. La acaricio, sus dedos temblaban, inexpertos, incluso con una capa de tela, se notaba que estaba muy mojada. Rukia gimió con el simple roce. La volvió a besar, mientras retiraba las ultimas partes de tela que les separaban. Sus braguitas se deslizaron con lentitud de sus caderas, de sus piernas, hasta los tobillos. Renji la acostó sobre el suelo, sin separar sus labios. Apoyo los antebrazos en el suelo para que todo el peso no cayera sobre su compañera. Rukia le aparto algunos centímetros, sus narices se rozaban. Respiraban con dificultad, estaban azorados.
-¿Qué es lo qué ibas a decirme?-dijo Rukia.
Renji la miro durante algunos segundos, sus ojos estaban desencajados, mirando hacía todos lados. Deslizo las manos, acariciándola de nuevo, con cariño, sus dedos ya no parecían temblar, eran más seguros. Se alzo un poco, y abrió las piernas de Rukia, que seguía mirándole directamente a los ojos. Poso su mano en su sexo, separo los labios superiores, estaba mojada. La acaricio, rozo su clítoris, Rukia se convulsiono. Gimió con aun más fuerza. Renji deslizo su cabeza entre sus piernas. Lamió de abajo arriba, mordisqueo su clítoris, lo mantuvo entre sus labios durante unos segundos. Rukia se convulsiono de nuevo, sin dejar escapar de nuevo gemidos sin cesar, de puro placer. Renji, mientras tanto, desataba su obi. A los pocos minutos, los dos estaban completamente desnudos.
Rukia por primera vez alzo la cabeza y vio a su compañero desnudo. Los tatuajes, recorrían sus pectorales, algunos estaban tapados por los vendajes, pero aun así se veían la mayoría, la tinta negra recorría su piel, hasta descender. Su abdomen estaba trabajado, una capa de musculo lo recorría. Su mirada continuo descendido hasta... Rukia desvió la mirada, giro la cabeza hacía un lado. Estaba avergonzada.  El fuego continuaba ardiendo, dibujando formas en sus cuerpos sudorosos y desnudos. Renji la hizo volver a mirar, agarrando su mentón, y la beso de nuevo. Rukia enredo sus brazos en su cuello de nuevo, y lo atrajo hacía ella. Entonces lo noto. Desde su parte más intima, algo se deslizaba y entonces dolor. Un pinchazo la recorrió y grito, pero el teniente los acallo, con un beso. Su cuerpo entero se tenso como la cuerda de un arco. El hormigueo se había convertido en una ola abrasadora que le quemaba todo el cuerpo. Una lagrima escapo de sus ojos y descendió por su mejilla. Quería sollozar, encogerse.  Por primera vez se daba cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Le vino a la mente Ichigo. Incluso en aquellos momentos no dejaba de pensar en su amigo. Pero él ya no estaba allí. Solo estaban ella y Renji.
-Yo te quiero...-susurro Renji , separando sus labios.
Se miraron a los ojos, entonces comenzó el movimiento. El miembro de Renji, entraba y salia con lentitud. Rukia notaba las punzadas de dolor recorriendo su cuerpo, pero fueron desapareciendo, sustituidas por oleadas de puro placer. Sus gemidos eran entrecortados, ascendían de tono. El cuerpo de la teniente se relajo, la tensión desapareció de sus músculos, conforme el dolor desaparecía de su cuerpo. Sin poder esperarlo más, Renji aumento el ritmo.
Las embestidas aumentaron, cada vez entraban y salían con más fiereza de su interior. Lo quería más fuerza. Que la estrechase entre sus brazos hasta que le doliese. El cabello de Renji se deslizaba con su cuerpo, con el movimiento de este cada vez más fuerte. Por primera vez en meses, Ichigo desapareció de la mente de la joven shinigami. La beso de nuevo, Rukia no podía evitar gemir entre cada descanso. Enredo las piernas en la cintura de su compañero Lo noto, acercándose, como un caballo al galope. Todo su cuerpo  se tenso de nuevo. Arqueo la espalda La oleada de puro placer recorrió su cuerpo, se estrecharon entre sus cuerpos, necesitaba estar cada vez más cerca de su amado. Incluso esta vez Renji gimió entre dientes, lo que sorprendió a Ruki El orgasmo se fue como había llegado. Se relajaron. La tensión desapareció. Se sentía débil, como si le hubiesen chupado todas las fuerzas.
Renji, para no aplastar a Rukia con todo su peso, se levanto, y la llevo consigo. Se apoyo en el árbol, y entre sus brazos descansaba su amiga de la infancia. Se quedaron en silencio. El fuego se había convertido en brasas, que apenas iluminaban unos metros.
-Te quiero-dijo Rukia.
No pudo ver la reacción de Renji, pero noto como lagrimas llegaban a su rostro, deslizándose desde su cuello. La recién nombrada teniente se acurruco en su pecho, acariciando la tinta que recorría su cuerpo.
***
Bueno XD pensaba que no lo iba a conseguir. Lo revise varias veces, comparándolo con el otro escrito, por si me olvida de algo. Añadí, borre cosas, rectifique. Al principio sentía que escribía, como si me costara, como si las palabras no saliesen, me sentía como si estuviese con una bicicleta ascendiendo una cuesta gigantesca y empinada. Tras el ataque del hollow, las palabras ya fluían y me sentía como si la cuesta hubiese quedado atrás, y fuera por llano. Espero que me haya salido mejor que el anterior, más largo es por lo menos. 
Comenten y díganme que les pareció. Peor mejor, necesitas mejorar en tal. Solo díganlo. Es la primera vez que trato con esta pareja y me gusto bastante la experiencia. 
Un saludo.
Urtear

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