lunes, 1 de abril de 2013

Memorias de Idhun IV: Profecias. Capitulo 18: El principio del fin.

Capitulo 18: Apariciones.

Uk-Sun se levanto de la silla con nerviosismo, podía escuchar el repiqueteo de la lluvia en el cristal, y el fuerte viento golpeaba las ventanas con demasiada fuerza, más de lo habitual. Con las puntas de los dedos, y el frió suelo de la torre le recorrió el cuerpo con solo tocarlo. De puntillas y lo más rapido que pudo, se acerco a la ventana. Con las puntas de los dedos, aparto las cortinas, el tiempo en fuera parecía haber  empeorado desde hacía unas horas. Era extraño. Ella no era lo suficientemente poderosa como para ser capaz de cambiar el tiempo de una zona,  pero Qayder si, y había vuelto apenas unas días. Si el tiempo se volvía muy peligroso,  tendría que abandonarla. 
Suspiro y volvió a su silla para terminar su investigación sobre las runas antiguas. Desde que vio a aquella muchacha utilizando a aquel poder tan extraño... ni si quiera le había echo falta hablar, solamente había echo gesto con la mano y aquellas runas habían aparecido de la nada. Los tenía grabados en su mente como el fuego. Desde ese día, había estado investigando sobre ello. Apenas había encontrado algunas referencias y eran casi nulas. Había tenido que adentrarse en la zona prohibida de la biblioteca y en la colecciones personales de Kimara y Qayder, pero seguía en las mismas. 
Investigar sobre aquellas cosas le recordaba a Lune. Se preguntaba donde estaba ahora mismo. La ultima vez que la vio, liberaron toda su esencia encerrada en su mente. No sabía si estaba viva o no, aquel hechizo era muy peligroso, demasiado. Lo había notado con solo verlo, tan antiguo como Idhun, o incluso más, ni si quiera parecía una creación Idhuhanita. 
Abrió el libro que tenía delante y lo ojeo por encima. Abrió una pagina al azar. En ella estaba una de aquellas extrañas runas dibujadas. Aquel dibujo era un círculo de menor tamaño, otro algo mas grande, y de el y salían varias ramas que no parecían tener nada en especial. Era delicado y a la vez poderoso. Leyó el texto que había a su lado:  "Extraña runa encontrada en Awinor, no parece tener nada en especial, parece ser un hechizo de gran poder" No le hacía falta contemplarla desde el libro, había una igual en el jardín de la torre, echa por aquella extraña muchacha. Dedes su cuarto no podía verla, pero sabía que estaba allí. Los días anteriores la había estado investigando con distintos hechizos y pociones, pero no había reaccionado. Cerro el libro de golpe, el sonido resonó en las paredes del cuarto.
La ventana se abrió de golpe, dando un buen golpe contra la pared. Dio un respingo y salto de la silla como resorte y volvió a acercarse a la ventana. Un viento con demasiada fuerza entro por su ventana, noto como los pies se le despegaban del suelo y salia volando. Durante unos segundos estuvo suspendida en al aire. Su cuerpo se volteo y estuvo cabeza abajo, pero Uk-Sun no era una maga cualquiera, era una guerrera barbara que su única habilidad no era la magia. Aquel viento no la mantuvo mucho tiempo en el aire, y se desplomo en el suelo. Le dio tiempo  darse la vuelta, aunque cayo a media vuelta, y se dio directamente con la espalda. No tuvo mucho tiempo para compadecerse de ella misma. Se levanto como pudo y se asomo a la ventana y entonces lo vio.


El primero en volver en si fue Erik. Abrió los ojos de golpe. En su rostro, había una mueca de cansancio, al llegar a la casa de Shail, cayo inconsciente durante varias horas siguientes. Durante ese periodo, tuvo fiebres muy altas, Victoria tuvo que utilizar su magia para conseguir estabilizarlo, pero no despertó hasta pasadas unos días después. Cuando despertó, le preguntaron que había visto exactamente, pero el muchacho simplemente respondió: "Nada interesante" Pero al ver su rostro tranquilo, prefirieron no preguntar. Paso unos días en reposo absoluto, pero en cuanto se levanto, se notaron sus cambios. Su fuerza y velocidad habían aumentando considerablemente, como si hubiera entrenado durante años. También cambio físicamente, creció algunos centímetros más, superando en altura a Kirtash. Su cabello rubio, pareció tomar un tono más cobrizo. Victoria bromeaba que ahora parecía irresistible para cualquier chica, incluso Alae, parecía no poder quitarle el ojo de encima. Sus ojos marrones tomaron la luz del unicornio.
La siguiente fue Eva. Al contrario de su hermano, ella se desplomo en el suelo, y cayo inconsciente al instante. Pero apenas tardo unas horas en recuperarse. Al día siguiente, ya podía moverse con una velocidad comparable a la de su padre, incluso a Erik le costaba igualar su velocidad en un combate. Pero lo que más cambio fueron sus ojos. Su azul como el cielo, se volvió aun más claro de lo que era, y el brillo del unicornio apareció en ellos. Su frente también se ilumino. Cualquiera que estuviera a su lado se daría cuenta de que no era normal.  Su cabello castaño se ondulo visiblemente, aun llevándolo corto, se podían distinguir perfectamente. Su piel, que hasta ahora había sido oscura, lo hizo aun más.
Y por ultimo, lo hizo Aiden. Una semana después de que lo hiciera Eva, el despertó. Shail se preocupaba de que no pudiera despertar, era un hechizo muy peligroso que conllevaba una gran responsabilidad. Pero finalmente lo hizo. Se desplomo en el suelo de golpe, y trago una gran bocanada de aire, como si no hubiera podido tomar aire desde hace días. De los tres el fue el que menos cambio dio, su piel se volvió impoluta, muy clara.  Su cabello castaño se volvió más oscuro, tomando un tono mas negro. Sus músculos se hicieron         más notables, y creció un par de centímetros. Pero su personalidad siguió igual.
Ankaa fue la que peor efectos secundarios tuvo. Tras mantener el hechizo durante semanas, acabo agotada. Había tenido que guiar a los tres muchachos en busca de sus antepasados, tanto humanos, como dragones, sheks y unicornios. Paso varios días con fiebres altas, y Shail temió por su vida. Pero no tardo mucho en recuperarse, y cuando abrió los ojos, dijo la peores palabras que podían esperar:
-Ellos ya están aquí-dijo en un murmullo.
Los titanes habían llegado. Su peor pesadilla se había cumplido. Victoria le rogó que no fueran, al igual que Jack y Kirtash.
-Aun son muy jóvenes- dijo Victoria entre lagrimas, recordando todo lo que había tenido que sufrir para conseguir algo de paz y no quería que ellos sufrieran lo mismo- no tiene experiencia en una batalla.
-¿No eras tu así de joven e inexperta?-dijo recogiendo una de sus lagrimas con el pulgar y de dedicándole una sonrisa amable- vuestro momento ya paso, es hora del suyo. Con sus nombres se forjara una leyenda incluso mayor a la vuestra.
Victoria cayo de golpe y sus lagrimas cesaron.
-Pero si necesitas algo que te de confianza-dijo Ankaa- los protegere con mi vida, aunque por ella tenga que morir.
Sus padres parecieron relajarse, pero seguían temiendo los que pudiera pasar. Esta vez se enfrentarían a dioses enfadados, que solo querían destrucción de Idhun por encima de todo.
Ese mismo día se prepararon para partir. Shail les dio ropas más acordes a una batalla. Ataron sus armas a su espalda y se prepararon para partir. La triada les acompañaría, pero Ankaa les había prohibido  interferir hasta que no fuera realmente estricto. Jack y Kirtash se transformaron. Victoria, Eva y Aiden subieron encima de Yandrak. Erik sin esperarlo, acabo encima de Ankaa.
Aun que el fenix tuviese el tamaño de un águila grande, no estaba muy seguro de ello, pero al final resulto bastante cómodo. Sus plumas rojas eran bastante cómodas y no resultaba incomodo por el fuego que le rodeaba  si no mas bien muy cómodo.
-Suerte-le dijo Shail antes de que partieran- volved todos con vida.
Anna les dijo adiós con sus manitas y Alae simplemente hizo un movimiento de cabeza como despedida.
-¿Adónde vamos?- le pregunto Erik a Ankaa.
-A Kazlunn- respondió con voz más melodiosa a la que habían tenido hasta ahora.
-¿Los titanes empiezan por los lugares de mayor significado en Idhun?
-No- le respondió- simplemente se cruzaron con la torre y decidieron que la había a destruir. Para ellos solo es un lugar mas que destrozar. Por ahora Kazlun  a resistido, pero no se cuanto tiempo más lo ara.
-Entiendo-murmuro Erik- ¿Cómo acabaste siendo un híbrido?  Mis padres son de forma natural y Kirtash fue creado por Ashran, pero ¿Y tú?
Ankaa no respondió enseguida, si no que tardo unos minutos en hacerlo, cuando Erik ya pensó que no lo aria.
-Fue Asrhan-dijo en apenas un susurro.
-¿Cómo?- le pregunto.
-Es un larga historia- dijo con amargura, y por primera vez, Erik se dio cuenta de que era mucho más mayor de lo que su aspecto daba a entender.
-Ahí tiempo- dijo el muchacho.
-Eres insistente- suspiro Ankaa- pues te la contare. Mis padres eran dos magos residentes en Kazlunn, eran muy jóvenes cuando se conocieron y enseguida se enamoraron el uno del otro. Mi padre era un humano, venido de Shia, y mi madre era un hada de Awa. Tras varios años, se casaron y me tuvieron a mi.
>>A pesar de que mis padres eran dos simples magos, mi nacimiento fue famoso en todo Idhun. Por primera vez, nació una descendiente de un hada alvina. Pero eso no fue lo único, nací como un don para la magia. Era capaz de sentir toda criatura mágica, ni si quiera los unicornios era capaces de  esconderse de mi poder, pero esa parte mis padres prefirieron mantener en secreto, imaginate lo que habría ocurrido, los unicornios jamas habrían podido vivir tranquilos de nuevo. Cuando era pequeña, para mí solo era un juego encontrar a los unicornios, apenas con un años yo ya era una maga.
>> Cuando yo cumplí dos años ocurrió el mayor desastre que jamas a azotado Idhun. No sabes como me sentí al ver desaparecer todo vestigio de magia, por parte de los unicornios. Sentí como si me arrancasen una parte de mí. Yo estaba en Kazlunn en ese momento y mi padre me llevo con el para que encontrara a un unicornio y llevarlo con vida. Pero yo lo único que podía sentir eran vidas cayendo una detrás de otra, no pudo concentrarme mucho y solo tenía dos años.
>>Cuando intentábamos volver a Kazlunn después de saber que ya había sido enviado un unicornio a la tierra, fuimos capturados por los sheks y llevados ante Ashran. Mi padre fue ejecutado ante mis ojos por el nigromante- Ankaa cayo en silencio durante unos minutos y continuó su historia- me encerró durante varios meses.
>>Entonces decidió darme un regalo. Los sheks habían capturado a un fénix  estaba a punto de renacer y era el momento justo para crear un híbrido. Ademas de ser un criatura única en nuestro mundo. Cuando este mundo de los titanes, ellos eran sus criaturas más bellas y únicas, y solo uno sobrevivió a vuestro panteón. Para Ashran podría ser una ficha clave en su juego a la hora de que el unicornio y el dragón volvieran. Yo y Kirtash seriamos sus mejores cartas para cuando llegara el momento. El dolor fue terrible, el fénix era un criatura ya adulta-dijo, y entonces Erik recordó la historia del mentor de su padre Alsan, que había sido obligado a fusionar su cuerpo con el de un lobo- pero finalmente se rindió.
>>Durante los años siguiente aprendí a controlar mi poder, y combinado con la magia me convertí en una poderosa arma para Ashran. Cuando llego el momento, viaje con Kirtash a la tierra, pero mi única misión era localizar. Poco después, escape y me refugie en el bosque de Awa hasta ahora.
Aunque Erik no se lo había pedido, le había contado toda su historia, eso le hice sentirse mas cercano a ella.

Mientras tanto, Eva estaba apoyada en Aiden, que le abrazaba  por la cintura. Se sentía tranquila por estar a su lado, pero inquieta por saber que tendría que enfrentarse a unos dioses. Apoyo la cabeza en su hombro y le dio un beso en la mejilla. Aiden la miro a los ojos y sonrió.
"¿Qué piensas hacer cuando todo esto pase?- le pregunto mentalmente Eva, sin mostrar ningún sentimiento en su cara."
"En estas ultimas semanas apenas e tenido tiempo de pensarlo-dijo mentalmente- pero pense en volver con mis padres"
Eva se removió en sus brazos, y Aiden lo noto.
"¿Piensas en quedarte?"
"Si·"
"Sería capaz de dejarlo todo atrás por ti- le dijo Aiden- incluso mi vida en la tierra y mis padres"
Eva sintió como el corazón se le encogía ante sus palabras. Le acaricio la mejilla y le beso.

Uk-Sun se asomo con lentitud por la ventana. Podía notar su corazón bombeando en su pecho con gran rapidez.
-¿Siguen ahí?-murmuro Kimara que se mantenía apoyada en la pared sin mirar a fuera.
-Si- murmuro Uk-Sun con miedo- parecen que se están moviendo, esto es malo.
Entonces una poderosa ráfaga derrumbo la pared, se puntando a las dos mujeres.
Los titanes se movían. Y no era para bien.

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